Como en cualquier procedimiento quirúrgico, en el lifting de muslos pueden haber riesgos asociados a la cirugía.
Una de las molestias puede ser el edema causado por el sangrado tras la operación. Tales molestias pueden atenuarse mediante la colocación de drenajes que se mantienen 2 o 3 días para evacuar la sangre de la herida. No obstante, hay un pequeño riesgo de hematoma que si se presenta puede requerir la evacuación de la sangre acumulada.
También como en cualquier cirugía, un pequeño porcentaje de pacientes pueden presentar una infección. Esto puede ocurrir en cualquier momento, pero es mas frecuente en la primera semana tras la cirugía.
Otro riesgo asociado en particular a este tipo de procedimientos es la dehiscencia de heridas. Esto pasa cuando se somete a tracción excesiva a las mismas, por lo que deberá ser extremadamente cuidadoso con los movimientos del cuerpo durante las primeras dos semanas.
Algunas mujeres sienten una disminución de sensibilidad alrededor de las áreas cercanas a las incisiones. Por lo general estos síntomas desaparecen con el tiempo, pero en algunos casos pueden ser permanentes.
Con respecto a las cicatrices de la incisión, a veces no quedan tan bien como es de esperar. Esto depende de factores personales y de localización de las cicatrices. Le explicaremos con detalle donde asientan y cuál es la calidad prevista.
En general, la mayoría de los pacientes que se someten a un lifting de muslos y glúteos no padecen estas complicaciones. De todos modos, es importante que el paciente las conozca de antemano y en la consulta preoperatoria se le explique cada una de ellas para que sea consciente de los beneficios y riesgos que esta intervención implica, que por otra parte tiene un alto grado de satisfacción.
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