viernes, 23 de abril de 2010

Cirugía mamaria y malformaciones mamarias

En los últimos años ha aumentado el número de mujeres que solicitan una cirugía mamaria para aumentar el tamaño de sus senos, a fin de mantenerse dentro de los más actuales cánones de belleza y moda. Muchas mujeres son conscientes de que no les gusta su pecho y para ello acuden a un cirujano plástico. Es entonces cuando éste, en ocasiones, se encuentra frente a una situación en la que las mamas de la paciente presentan alguna patología que debe ser corregida y de la que, en muchos casos, la paciente no era suficientemente consciente. Se trata de las llamadas malformaciones mamarias, algunas más severas que otras, y con diagnóstico y tratamiento distinto. En estos casos no es suficiente realizar un aumento mamario sino una remodelación mamaria.


Dentro de la amplitud de malformaciones mamarias que podemos encontrar, las más frecuentes son las llamadas mamas tuberosas o tubulares, también llamadas caprinas o constreñidas. Se cree que el origen de la citada malformación es una malposición y constricción del surco submamario, lo que provoca que esta mama tenga una base estrecha, de manera que la glándula mamaria, al desarrollarse, no tenga espacio para expandirse y lo hace de manera anómala. Así, nos encontramos con un tejido mamario comprimido dentro de la mama y con tendencia a herniarse hacia el interior de la aerola, ya que ésta, al ser la parte de la mama donde la piel es más fina, cede ante la presión de dicha glándula.


Estas deformidades pueden acomplejar a la paciente hasta provocar un sentimiento de inseguridad en su vida diaria. En ocasiones el cirujano se encuentra ante deformidades difícilmente apreciables y que pueden pasar inadvertidas a las pacientes. Por ello es importantísimo un diagnóstico adecuado así como un tratamiento correcto. En caso contrario el problema podría no solo mantenerse sino incluso aumentar. Es indispensable valorar en cada caso la forma individualizada para poder distinguirlo de unas mamas normales.


En el caso de las mamas tuberosas estaría contraindicado la simple colocación de unas prótesis mamarias. En estos casos, el tratamiento consiste en remodelar la glándula quirúrgicamente, modificar el tamaño de la areola y finalmente valorar la necesidad de colocar unos implantes mamarios para rellenar, dar volumen y amplitud al pecho. Esta intervención puede realizarse en ocasiones con una única incisión alrededor de la areola.


Estas técnicas quirúrgicas han conseguido que numerosas mujeres hayan vuelto a confiar en ellas mismas, se vistan a la moda, utilizando escotes, así como con un alto nivel de autoestima y de atractivo sexual.

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