Es un tratamiento que consiste en introducir en la piel, a nivel epidérmico, pigmentos naturales de origen mineral o vegetal que son progresivamente eliminados y reabsorbidos por la propia piel.
Se realiza con microagujas estériles y el efecto dura entre uno y cuatro años de acuerdo al tipo de piel, pigmento y color elegido. Esto hace posible que pueda cambiarse la forma y el color periódicamente.
Normalmente su uso es de maquillaje estético, pero también es una buena solución para zonas que se han quedado sin pelo en las cejas o cabeza, cuando el paciente tiene alergia al maquillaje o están en contacto siempre con el agua. En otros casos se usa para disimular cicatrices o para pigmentar la areola mamaria.
Luego de realizado el tratamiento el paciente no debe tomar sol ni usar cosméticos o lociones ácidas. Y se deben seguir los cuidados indicados por el médico especialista.
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