En una cirugía de reducción de mamas se comienza por una primera consulta, donde el cirujano plástico evaluará el tamaño y la forma de las mamas, la firmeza de la piel y su estado general de salud. Además, se realizará una exploración de mamas y en los casos necesarios se solicitará un estudio mamográfico.
Seguidamente se le explicarán las diversas técnicas quirúrgicas, se discutirá el tamaño y la forma que tendrán sus mamas y las opciones o la combinación de procedimientos que sean mejor para cada caso.
Es fundamental que exponga sus expectativas de manera sincera y franca, para que el cirujano plástico sea también franco y pueda mostrarle las alternativas disponibles para su problema, con los riesgos y limitaciones de cada una de ellas.
Además se le explicará cuál es el tipo de anestesia que se empleará y por consiguiente, la necesidad o no de ingresar en la clínica donde se realice la cirugía y los costes de la intervención.
La Seguridad Social solo incluye estas prestaciones en casos extremos como la gigantomastia.
Tendrá que avisar si es fumadora o toma alguna medicación o vitamina, el número de embarazos previos y si piensa volver a quedarse embarazada o dar de mamar. No se olvide de preguntar todo tipo de cuestión que se plantee, especialmente aquellas relacionadas con sus expectativas sobre los resultados.
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