Existen muchas cuestiones personales, sociales, y en algunos casos, psicológicas que nos llevan a tomar esta decisión. La cirugía estética ya no se entiende como una disciplina agresiva, sino de bienestar donde valores como ganar confianza, aplomo y seguridad en uno mismo son lo beneficios más destacables que aporta. Ya no sólo se da forma al cuerpo, sino a la mente.
El pecho es el signo más grande de feminidad. Es por eso por lo que la cirugía mamaria es la más solicitada en las consultas de cirugía, juntamente con la liposucción.
Hay mujeres que necesitan una variación en el volumen, ya sea para aumentar o reducir y es entonces cuando practicamos la mamoplastia de aumento o la mamoplastia de reducción. Tan traumático puede resultar tener mucho pecho como la ausencia del mismo.
En otros casos lo que se necesita es una elevación y/o remodelación de la mama. Esto ocurre después de grandes variaciones de peso, después de un embarazo, etc... En estos casos practicaremos la llamada mastopexia con o sin prótesis, dependiendo del caso que nos ocupe.
Pero no hay que olvidar que existen numerosas malformaciones que afectan a la forma y el volumen de la mama. Como es el caso de las mamas tuberosas.
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